Lorea Romero Gutiérrez
Socióloga
Máster Universitario en Sexología y Género de la Fundación Sexpol
Publicado en Revista SEXPOL nº122
Publicado en Revista SEXPOL nº122
En los últimos
tiempos da la sensación
de que los progresos
que han conseguido los diferentes feminismos están yendo acompañados de un brote de actitudes machistas contrarias a estos avances.
Esta reacción patriarcal es lo que algunas personas han denominado “neomachismo” o “postmachismo” haciendo alusión al resurgir
de actitudes que, al menos en algunos lugares
del planeta, considerábamos superadas.
Comenzaba el año con la espeluznante noticia de cientos de agresiones sexuales
a mujeres, en varias ciudades
alemanas, durante la madrugada
de Nocheviejai. Días más tarde el programa
televisivo “Salvados” recibía descréditos y amenazas
por la realización de un reportaje sobre violencia machista. Los mensajes misóginos que circulaban por las redes en aquellos días, si bien están presentes
de forma continuada, denunciaban la supuesta
discriminación de los hombres en el tratamiento de la violencia
de género en nuestro
país, aludiendo a mitos tan manidos
como las denuncias
falsas, los asesinatos a hombres
o las víctimas masculinas de la Ley
Integral contra la Violencia de Géneroii. Semanas más tarde,
el bloguero Roosh V, favorable a la legalización de la violación, protagonizaba una serie de reuniones con sus seguidores en todo el mundo (en Barcelona y en Granada fueron cancelada gracias a la respuesta de colectivos
feministas)iii.
Desgraciadamente podríamos seguir enunciado episodios machistas que han sido noticia tan solo en lo que llevamos
de año1, pero lo importante es entender
la globalidad de este fenómeno.
Todas estas violencias, sumadas al aumento
del acoso a mujeres
feministas en la red, la extensión del consumo de prostitución o los feminicidios sistémicos en algunos
países principalmente centroamericanos, tienen una característica común: la despersonalización de las
violencias contra las mujeres, en una suerte
de mensaje colectivo que las recuerde
que nunca debieron abandonar su restringida
libertad.
Si bien todos estos hechos responden a lo que Rosa Cobo denomina
“nuevos bárbaros del patriarcado”iv, existe un discurso mucho más sutil que asegura que la igualdad
entre mujeres y hombres
ya se ha logrado
y que, en una situación de crisis como la actual,
las políticas de igualdad no pueden ser una prioridad. Esta es una actitud con un soporte social no despreciable, defendida en las instituciones por la vieja y por la nueva política2. Hablamos entonces de una “resistencia técnica de los políticamente correctos”v. Sea de forma más o menos violenta, no cabe duda de que en ambos casos nos encontramos ante una reacción patriarcal
que
no podemos seguir
ignorando.
¿Pero por qué estas actitudes neomachistas en la era de la igualdad
formal? ¿Cómo es posible
que convivan estos discursos con los logros de los feminismos? Es importante tener en cuenta
que las personas neomachistas o postmachistas comparten la preocupación por adaptarse a los tiempos actuales y sus discursos
de igualdad, pero dejando intacta la esencia patriarcalvi. El “neomachismo” ataca aquello que pone en peligro la posición tradicional de los varones,
pero sin discutir el principio
de igualdad entre mujeres y hombres. No se critica el concepto
mismo de igualdad sino que se deteriora mediante un cuestionamiento constante de asuntos puntuales, además
de recurrir a viejos esencialismos sobre cómo son las mujeres
en contraposición de los hombres.
Esta resistencia ante la igualdad
real entre mujeres y hombres
está produciendo un retroceso
en materia de derechos
de las mujeres
conocida como “blacklash”vii.
En este proceso involutivo, los medios de comunicación están haciendo
un gran trabajo
pedagógico mediante el discurso
renaturalizador y antifeminista que inunda los programas, telediarios y series,
entre otros, de las diferentes cadenas televisivasviii. Si desde organismos internacionales significantes para los derechos
de las mujeres,
como la ONU o la Unión Europea,
se destacó desde el principio
la importancia de los medios de comunicación como principales actores en el proceso de socialización favorable a la igualdad, en los últimos tiempos estamos aconteciendo a una permisividad e incluso
promoción de los discursos
neomachistas en la era de
las tecnologías de la información y la comunicación.
Sin embargo, esta intromisión mediática no explica
tamaña contestación sistémica.
La reacción patriarcal que estamos aconteciendo tiene mucho que ver con el nuevo orden mundial,
marcado por la consolidación del proyecto neoliberal y neoconservador. Además, el escenario
de recorte de libertades inaugurado después de los atentados
del 11S y su especial
énfasis en el ataque a los derechos
de las mujeresix, así como el rearme del conservadurismo en tiempos
de crisisx configuran un contexto favorable al avance de estas posturas contrarias a la igualdad de
géneros.
Lo que está de fondo en esta reacción
patriarcal es la crisis del contrato social y sexual.
El proyecto neoliberal ha supuesto la ruptura con el contrato
social sobre el que se fundaron
los estados de bienestar. Y esta ruptura está teniendo
una especial incidencia sobre las mujeres.
Las políticas neoliberales están retornando a las mujeres a su rol reproductor en tanto que están
teniendo que volver a asumir los cuidados que los estados de bienestar
habían comenzado a gestionar. Además, son ellas las principales víctimas de la desregulación de la legislación laboral y de
la desinversión en programas socialesxi.
Por
otro lado, el contrato
sexual se encuentra en profunda
reordenación, como muestra
el debilitamiento de la familia
patriarcal en muchas partes del mundo, al mismo tiempo
que la prostitución se está ampliando a niveles
insólitos como institución de regulación de la sexualidadxii. La lucha feminista ha conseguido que un número significativamente importante de mujeres haya adquirido un protagonismo social que nunca había tenido, a través
de la inserción
en el mercado laboral y la conquista de reducidos espacios de decisión en el poder político. Esta mayor autonomía femenina ha supuesto un desequilibrio de fuerzas en las parejas, en las que se han desdibujado los roles femeninos
y masculinos tradicionalmente asumidos. Todos estos hechos han puesto en crisis el contrato sexual que aseguraba a cada hombre
el acceso a una mujer, al mismo tiempo
que existía un remanente
de mujeres a disponibilidad de todos los hombres – las prostitutas -.
Pero no todo es negro en este nuevo escenario. La crisis del contrato
sexual está favoreciendo actitudes neomachistas como las que hemos comentado
al inicio del artículo
pero también la extensión
a nuevos actores de comportamientos favorables a la igualdad. La re-ordenación del contrato sexual está construyendo nuevas y violentas
fratrias masculinas pero también nuevas colectividades de cuestionamiento del sistema de dominio masculino. Algunos varones, de forma individual pero también colectivamente, comienzan a rechazar
la red de privilegios sobre los que se asienta el patriarcado en perjuicio
de los derechos
de las mujeres
y de otras personas cuya sexualidad no se corresponde con la heteronorma. Si bien son una minoría, no dejan
de ser una grieta
en la dura roca de la violenta
masculinidad hegemónica.
Los
diferentes feminismos, junto a los movimientos de mujeres a lo largo de todo el mundo,
tienen que construir
alianzas con estos grupos de hombres.
Se trata no solo de lograr frenar el avance
de esta reacción
patriarcal, sino de continuar construyendo, de forma crítica y propositiva, sobre los cimientos
de igualdad ya asentados. Aludiendo al lema feminista que afirma que las calles son
nuestras, las pequeñas
y grandes violencias que aún se siguen ejerciendo sobre nosotras, indican que aún no hemos alcanzado esa premisa y que, sin embargo, nunca más volveremos al orden sexual que conoció
la Modernidad. Tarde o temprano las calles acabaran siendo nuestras, de todas
las personas.
1 Los carteles machistas en los juzgados de Violencia sobre la Mujer de Madrid comparándolos con Auschwitz o las humillaciones a mendigas por parte de hinchas de fútbol en Madrid y Roma. Artículos en prensa: <<Colocan carteles machistas en los juzgados de Violencia sobre la Mujer comparándolos con Aschwitz>> en eldiario.es publicado el 08/04/2016 http://www.eldiario.es/sociedad/Colocan-Violencia- Mujer-Madrid-Auschwitch_0_503249910.html, <<Hinchas del PSV humillan a varias mendigas que pedían limosna>> en El País publicado el 17/03/2016 http://deportes.elpais.com/deportes/2016/03/15/champions/1458058756_705557.html y <<Un hincha del Sparta de Praga orina sobre un mendiga en Roma>> en Diario Público publicado 18/03/2016 http://www.publico.es/deportes/hincha-del-sparta-praga-orina.html
2 Esta es la actitud del partido Ciudadanos en cuestiones como paridad, condena del sexismo o su propuesta de modificación de la Ley Integral contra la violencia de género, en <<El machismo de Ciudadanos>> en eldiario.es publicado el 02/11/2015. http://www.eldiario.es/zonacritica/machismo- Ciudadanos_6_448015211.html

i <<Decenas de denuncias por agresiones sexuales a mujeres durante
la Nochevieja en Colonia>> en eldiario.es publicado el 05/01/2016. http://www.eldiario.es/internacional/Estupor-Alemania- agresiones-Nochevieja-Colonia_0_470353398.html
ii <<Desmontamos los mensajes machistas a Salvados>> en Verne, del diario El País publicado
el
iii <<Cancelan los encuentros ultramachistas convocados en Granada
y Barcelona>> en eldiario.es publicado el 04/02/2016. http://www.eldiario.es/sociedad/encuentros-ultramachistas-Granada-
iv Término utilizado por Rosa Cobo en Hacia una nueva política sexual: Las mujeres
ante la reacción patriarcal, Catarata,
Madrid, 2011.
v Ibídem.
vi Lorente, Miguel: Los nuevos hombres
nuevos: Los miedos
de siempre en tiempos
de igualdad,
Ediciones Destino, Madrid, 2009.
vii Cobo, 2011.
viii Menéndez Menéndez, María Isabel:
<<Crisis económica
y discurso reaccionario. El papel del
periodismo ante la equidad
de género>>, IV Congreso
Internacional Latina de Comunicación, La Laguna, 2012.
ix George, Susan: El pensamiento secuestrado: cómo la derecha laica
y la religiosa se han apoderado
de
Estados Unidos, Icaria, 2007 y Faludi, Susan: La pesadilla
terrorista. Miedo
y fantasía en Estados
Unidos después
del 11-S, Anagrama, Barcelona, 2009.
x Mattelart, Armand y Mattelart, Michèle: Los medios
de comunicación en tiempos
de crisis, Siglo
XXI,
México D.F., 1981.
xi Cobo, 2011.
xii Ibídem y Gimeno, Beatriz: La prostitución, Edicions
Bellaterra, Barcelona, 2012.